domingo, 27 de junio de 2010
La francesa Annette Messager
Toy story 3
Cuando vi anunciada la producción de esta película, me sentí extrañamente decepcionado y expresé tal sentimiento en un inocente artículo. Aparentemente, Pixar se ha convertido en algo ridículamente sagrado, y más de uno se sintió aludido y ofendido por mis comentarios. Más allá de los insultos y reclamos poco articulados (y con severas, delatadoras faltas de ortografía), la voz general me hacía un recamo válido: no había visto la película. Bueno, ahora la he visto, y puedo adelantar que sostengo mi opinión previa. Lo que sí es que este ejercicio me ha aclarado qué es lo que me molestaba antes de verla, pues tampoco lo entendía muy bien yo, pero eso lo dejaré para las conclusiones.
Soy un creyente y abogado de que el cine está hecho para mucha gente y tiene muchas formas de verse. De esta forma, acepto que puedan verse películas por el hecho de ser palomeras, comedias románticas, películas de explosiones y desastres, en fin, para mí siempre será válido decir “me encantó TS3 porque a mis hijos les gusta mucho, y es una gran forma de matar dos horas” o “me encanta porque no me hace pensar y es domingo”. Todo eso está muy bien y es una dimensión del consumo del cine muy interesante y positiva, en la mayoría de los casos. Lo que me cuesta más aceptar son las frases como “es la mejor película de animación que se ha hecho” o “esto es la punta de lanza en el mundo de la animación”, que no sólo son completamente erróneas, sino denotan una extrema ignorancia sobre el tema, además de ser frases máximas que no permiten algún otro punto de vista. En suma, está perfecto no saber y disfrutar del cine de animación, que en definitva es lo que todos hacemos, de una manera u otra, pero cuando se finge ser un conocedor, pues entonces es necesario saber del tema.
Por eso me propomgo este ejercicio, que claramente no es una disculpa, sino una forma de aclarar mis propias ideas (como todo este blog, supongo) sobre cómo abordar este tipo de cine bajo el concepto moderno de “animación expandida” en donde idealmente conviven miles de formas, técnicas y discursos, y que los defensores de Pixar (no los que trabajan enPixar) no aceptan como parte del panorama moderno de esta forma de arte.
A continuación el desglose, libre de opinión a propósito, de algunos aspectos de “Toy Story 3″.
La película pertenece estrictamente a un tipo de cine muy instalado en nuestra vida cotidiana occidental, pues obedece, casi al pie de la letra, una serie de conceptos ideológicos y abstractos establecidos por Disney y elcartoon americano hace varias décadas. El estilo de la animación que ha utilizado Pixar en todas sus películas (los conceptos teóricos sobre cómo construir una pose, sobre timing, sobre el peso y formas de los personajes, sobre las leyes propias de su movimiento como medio de expresión) es el mismo que inventó Disney hace muchos años, una forma comprobada de plantear una “ilusión de vida” y cautivar a la gente en ese universo recreado, pues esa ilusión hace la experiencia de ver la película un ambiente seguro, al acercarse a nuestra realidad en sus aspectos más físicos. Pixar lo único que ha hecho es trasladar ese modelo téorico a un soporte tecnológico relativamente nuevo, con extrema eficacia y éxito productos de una impecable y ejecución, llena, eso sí, de corazón por lo que hacen. En este sentido, Pixar, con lo bonitas y efectivas que han sido la mayoría de sus películas, no ha descubierto el hilo negro de nada. El creer que Pixar es original en este aspecto es un error. En todo caso, se trata de películas sumamente conservadoras y tradicionales en este sentido.
La imagen es otro aspecto con el que Pixar impresiona a su público. La tecnología que han desarrollado para este efecto es increíble, pues se han alcanzado niveles de fotorealismo cada vez más “reales”, por decirlo de alguna forma. El “fotorealismo” se refiere, en términos muy sencillos, a la representación gráfica de cómo la luz interactúa con los objetos en la vida real. No se refiere a si los objetos son realistas o no, el concepto habla únicamente del comportamiento de la luz. Una dimensión sin duda interesante desde un punto de vista tecnológico, pero hay que tratar de pensar en la ideología que esta detrás de esta búsqueda, en las decisiones que han llevado a toda una industria a buscar este tipo de imagen en sus productos, habiendo infinitas posibilidades de plantear una estética. Pixarescoge siempre invertir en el desarrollo del fotorealismo, siendo en este sentido, otra vez, sumamente tradicional, aunque alcance resultados realmente impresionantes. Sencillamente, el objetivo del fotorealismo, lo que se quiere conseguir con él, está establecido estrictamente en la realidad, en la ciencia de la luz, y se apuesta a la tecnología para alcanzarlo. Siempre será más arriesgado buscar estéticas que no tienen referencia alguna en el mundo real. No es el caso de Pixar.
Y la historia, nuevamente, obedece a una ideología muy tradicional del cine clásico americano. El planteamiento de una necesidad y un conflicto; un viaje para resolverlo; un falso positivo provocado por el engaño de un villano; el escape del peligro, la conquista del villano y la resolución satisfactoria. Decir que se trata de algo muy tradicional es resaltar más lo obvio. Narrativamente, o sea, cómo se cuentan todos estos eventos, es el único aspecto en el que TS3 se sale un poco de lo tradicional, utilizando tiros de cámara muy dinámicos e interesantes, sin duda prueba de que el cine para niños no debe ser por fuerza tan simple, y de que la película estaba claramente pensada para un público mayor al ser una tercera parte de un producto que salió hace quince años. De cualquier forma, la ideología inherente a la historia sigue siendo sumamente clásica, y en este sentido, no aporta nada nuevo. La moral detrás de la película es la misma deDisney, y también la misma del cine americano comercial, resaltando los valores e ideales de la sociedad occidental americanizada (o sea, casi todos nosotros). Se puede hablar de si esta moral sigue vigente aún, pero es un tema más complejo para otro día.
El objetivo de la película también es muy evidente, y no vale la pensa desglosarlo aquí para no extendernos. Basta decir que cuando se haba de cine comercial, hay que dejar de ser tan ingenuos y aceptar que las motivaciones siempre serán comerciales, buscando la mayor recompensa económica posible, en el menor tiempo posible. Cuando no se entienda por qué se tomó tal o cual decisión, usualmente siguiendo la pista de dónde está el dinero se encontrará la verdad.
Hasta este punto, el desglose de la película fue a propósito desprovisto de opinión. Las ideas de los párrafos anteriores no las inventé yo. Es lo que es y es difícil no estar de acuerdo con los hechos. Mi punto es que hay que tratar de entender las películas por lo que son, de dónde vienen, qué tipo de cine son, qué intenciones había para ellas, que ideología obedecen y a qué paradigma pertenecen. En Pixar, su intención y contexto está claro desde todos los ángulos, de principio a fin, y eso es, esencialmente, lo que hace a sus películas tan efectivas.
Mi opinión, para el que le interese, es la siguiente. No estoy diciendo queTS3 sea una mala película. Tampoco que sea una buena. De hecho, me gusta detenerme antes de decir que algo es bueno o malo, pues me parece poco profesional. Cuando digo “me gusta” o “no me gusta”, es porque lo he pensado y sabré sustentarlo si es necesario. En este caso, todos los aspectos antes desglosados me aburren un poco, pues creo que el mundo del cine de animación es demasiado rico y grande como para apostar siempre por esta ideología, como productor y consumidor. Supongo que esa es la palabra clave. Me aburre. Con todo lo impresionante que puede ser la imagen y la animación, a mí francamente me parece aburrida, por no hablar de la historia, que en mi opinión es bastante trillada y predecible.
Me llama siempre la atención que cuando la gente defiende TS3 habla de que “la animación está bien hecha, es perfecta”. Me recuerda a la gente que ve alguna película palomera de presupuesto gigante y sale diciendo que “la fotografía está genial”. Pues claro que está genial, ¡si cuesta muchos millones de dólares! Es el caso de Pixar. Por supuesto que la animación está genial. Para algo con tantos recursos, no es sorpresa que a ningún personaje se le rompa la geometría o que cambie de posición de un cuadro a otro. Son decisiones que se toman, nada más, sobre cómo se invierte el dinero y para qué fin. En Pixar claramente es importante la animación para la ilusión de realidad, la “imposibilidad plausible”, y obviamente está bien hecha, eso no debería ser sorpresa, ni siquiera valor agregado. Gente que me he cruzado, que habla de la “gran animación de Pixar” es la misma que piensa que “Fantastic Mr. Fox” (que ganó el Cristal de Annecy hace dos semanas, premio, por cierto, que nunca ha ganadoPixar y que no creo que gane TS3) está mal animada porque “brinca” de un fotograma a otro.
La musicalización, evidente herencia de las “Silly Symphonies” de los años 30′s, francamente me pareció excesiva, caduca e insoportable. ¿A nadie más?
No he dicho en ningún momento que odio Pixar, ni mucho menos. Es más, si tuviera que escoger mis favoritas entre sus películas, las que creo que son realmente especiales, escogería “Wall-E”, “Finding Nemo” y“Ratatouille”, grandes películas (siempre dentro de un género, pero en mi opinión diferentes y arriesgadas) que me ayudaron a darme cuenta de lo mucho que me gustaba pensar en todas estas cosas. Supongo que el resumen de todo ésto es que ahora tengo otros intereses, que no van por el camino de Pixar. Un camino que, al menos en sus últimas dos películas, me parece muy poco interesante. Y viendo el éxito de TS3, no creo que cambien de rumbo pronto.
Para finalizar quiero hacerme dos preguntas. ¿Por qué a la mayoría de la gente le gusta tanto y se ofenden cuando uno esboza la más mínima crítica en un blog irrelevante? ¿Por qué a mí me causa tanta desilusión la película?
La respuesta a la primera, y es pura especulación, es que es difícil salir de la zona de comfort de uno, tanto en en el cine como en la vida, y lo queDisney/Pixar ofrece es justamente eso, una zona de comfort para todos, en donde todo obedece ciertas normas estéticas e ideológicas seguras y no se plantéa ningún peligro. El mundo ya tiene suficiente eso, e ir al cine se ve como un escape de todo eso. Para mí el cine no es eso, y ya no puedo hacer nada al respecto.
La respuesta a la segunda es menos evidente. Mi apuesta es que veo que películas como TS3 refuerzan un paradigma instalado y omnipresente que dice que el cine de animación es así, que es esencialmente para niños, que habla de temas seguros y presenta pocos riesgos. Todos los esfuerzos de la industria americana van dirigidos a revitalizar este paradigma (no se sorprendan si TS3 gana el Óscar a mejor película animada en 2011, y en una de esas, hasta el de mejor película), mismo que no permite entender otro tipo de animación como “buena”. Siendo el mundo tan grande y las propuestas tan variadas y originales, la fuerza de este paradigma me entristece, pues lo original y arriesgado es difícil de encontrar y permanece marginado en festivales preciosos de animación perdidos por el mundo, en la televisión para niños y en la publicidad, pero es una pena que no encuentre salida en los medios más comerciales, como en un largometraje de alto presupuesto y desarrollo técnico. Tal vez sea positivo para nosotros los diferentes. Tal vez sea bueno que se piense que la animación empieza y termina con Disney/Pixar. Tal vez sea mejor que el increíble mundo de la animación expandida permanezca como nuestro secreto mejor guardado, un mundo en el que se permiten más voces, más estéticas, más discursos, y no se castiga con tanto rencor el pensamiento individual.
Critica por Cha!"