En esta exposición, el pintor y escultor representa a los apóstoles bíblicos en enormes y tridimensionales proporciones. Son doce piezas que se encontrarán distribuidas en la explanda del recinto de tal forma que el espectador podrá abarcar la totalidad de las obras desde un sólo punto.
Cada una tiene una altura promedio de tres metros, y fueron talladas en madera de Huanacaxtle, un árbol que llega a medir hasta 40 metros de altura y 3.5 metros de diámetro. En este caso fueron árboles recolectados con la ayuda de la comunidad de San Diego el Naranjo, del municipio de Acaponeta.
De acuerdo con la tradición cristiana, los 12 apóstoles tuvieron como misión principal la difusión de las enseñanzas de Jesús. En ese sentido, Vladimir Cora hace aquí un homenaje a todas aquellas personas que asumen y ejercen cualquier forma de apostolado y es, al mismo tiempo, una ofrenda a los árboles que le sirven al artista como soporte de sus obras.
Las esculturas de gran formato son tallas directas semipolicromadas con una visión frontal y fueron esculpidas en sus 360 grados. Las cabezas de los personajes se sostienen por alargados cuellos o bases hechas en la misma madera.
El artista hace gala de una extraordinaria versatilidad a la hora de recrear los rostros, ya que se pueden encontrar formas piramidales o cónicas, y con la pigmentación dan un efecto de color que se asemeja a la piel humana.
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